Has escuchado la frase que somos polvo de estrellas? pues bien, en esta entrada veremos por qué esa afirmación es correcta y además descubrirás cómo llegamos a estar parados en este planeta.
Las estrellas no son eternas, nacen, viven y mueren; aunque el tiempo de vida no tiene comparación alguna al nuestro, estamos hablando de miles de millones de años. Las estrellas nacen de unos lugares que se llaman nebulosas, que son conglomerados de gas y polvo, principalmente hidrógeno que ocupan mucho espacio, alrededor de decenas de años luz de diámetro. Cuando este gas y polvo comienza a colapsar por efecto de la gravedad se comienza a formar un grumo en el centro, al igual que cuando revolvemos una taza de café. Pues bien, después de alrededor de 10 millones de años, se ha acumulado tanto material en el centro, que la temperatura en el centro, debido a la presión, aumenta tanto que comienza un proceso que se llama fusión nuclear, se transforma hidrógeno en helio que es el combustible básico de una estrella. Cuando esto ocurre ya podemos hablar que se ha formado una estrella.
Pues bien, las primeras estrellas que se formaron en el universo poseían solamente hidrógeno, y un poquito de helio, nada más. Y si miramos alrededor nuestro vemos oxígeno, hierro, calcio, etc. Cómo se formaron esos elementos? Pues bien, la creación de nuevos elementos ocurre al interior de una estrella. Durante cientos o miles de millones de años una estrella transforma en su interior hidrógeno en helio, pero en algún momento este hidrógeno en el núcleo que acaba, y aquí comienza la estrella a morir, pero su agonía dura millones de años.
Una vez que se acaba el hidrógeno, la estrella comienza a sintetizar helio en berilio, y así sucesivamente, va agotando un elemento en su interior, y va creando nuevos elementos. Claro, cada paso es menos eficiente que el anterior y la estrella pierde su equilibrio por lo que comienza a crecer transformándose en gigante roja, mientras su núcleo se encoje cada vez más. No quiero entrar en detalles pero el proceso no es tan inmediato, porque el núcleo de una estrella en sus fases finales de vida es como una cebolla, con cáscaras que transforman un elemento en otro, a veces se producen explosiones en algunas capas, las estrellas se vuelven variables, en fin, es un proceso muy complejo y único en cada estrella.
En el caso del sol, en unos 4.500 millones de años más, tendremos una gigante roja que en principio debiera sobrepasar la órbita de la Tierra, pero nuestra querida estrella no posee la masa suficiente para encender al carbono y continuar la síntesis de nuevos elementos, por lo que nuestro sol formará una estrella llamada enana blanca. Este tipo de estrellas no nos interesa para descubrir por qué somos polvo de estrellas.
Remanente de una supernova ocurrida el año 1054, observada por los chinos, aquí vemos polvo de estrellas.
Lo que necesitamos es una estrella de al menos 5 veces la masa del Sol, o más, porque ellas si quemarán el carbono en elementos más pesados hasta que se llegue al límite de los elementos que liberan energía al ser fusionados, me refiero el Hierro (no confundir con fierro que es solamente una aleación). Una vez que esta estrella, que vivió por muchísimo tiempo, llega a tener un núcleo de Hierro, sucede algo fenomenal, este Hierro de desintegra debido a la intensa gravedad, la estrella al no tener sustento implosiona y luego explota fuertemente en una explosión que brillará como cientos de milles de millones de estrellas todas juntas por un par de semanas. Esta explosión se llama supernova, y para ser exactos, supernova tipo II (dos romano). Debido a esta fuerte explosión se generan los elementos más pesados que el Hierro, como el oro, cobre, mercurio, plata y elementos menos conocidos como el wolframio, berkelio o estroncio.
Todos los elementos creados al interior de la estrella, más los sintetizados durante la supernova nos repartidos al espacio, formando una nueva nebulosa, con polvo de estrellas. De esta nube, luego de millones de años se formará una nueva estrella, que contendrá los elementos creados en la estrella muerta, y alrededor de esta nueva estrella se formarán planetas, como el nuestro. Es así como se creó el sistema solar hace 4.500 millones de años, a partir del remanente de una supernova, y es por eso que podemos afirmar que somos polvo de estrellas, porque nuestros átomos estuvieron al interior de una estrella, los elementos que nos crean fueron creados en una estrella, y tal vez, en miles de millones de años más pasemos a formar parte de una nebulosa, y así el ciclo estelar continúa, lástima que no conoceremos a los seres que se creen a partir de nuestros átomos.
Más información acerca de la Evolución Estelar: Wikipedia